Cenote El Pit.

El Cenote el Pit se localiza dentro del ejido Jacinto Pat ubicado en el área de Xel Ha, dentro de la denominada Riviera Maya en el municipio de Tulum, Quintana Roo, México.
 
En el año 2004, el buzo y explorador Luis Leal, reportó el hallazgo de dos esqueletos humanos dispersos en el fondo del cenote entre los 30 y 45 m de profundidad respectivamente, ambos fechados con una antigüedad de al menos 11,300 años. Años más tarde, el mismo explorador reportó el hallazgo de un perezoso gigante de la especie Nothrotheriops shastensis fechado con 13,600 años de antigüedad. 
El Pit I
Consiste en un cráneo fragmentado, la mandíbula, y otros huesos asociados. Fue descubierto a una profundidad de 35 m. sobre el monte de Debri; montículo de rocas producto del colapso que dio origen al cenote. Se trata de un adulto joven, aparentemente de sexo masculino, y de 11,396–11,150 (cal yr BP) años de antigüedad (González et al. 2014). El cráneo se encontró sin la región facial, la parte coronal se encontraba cubierta por sedimentos al igual que otros huesos, el resto estaba expuesto al medio acuático de la cueva. 
 
El Pit II
Se trata de los restos óseos de un individuo compuestos tan solo por un parietal parcialmente articulado con el occipital y algunos huesos mas. Estos restos se encontraron también sobre el montículo de piedra ubicado en el interior de la boca del cenote a los 45 m de profundidad.
 
El material óseo, al igual que en el Pit I, se ve mayormente afectado por la disolución del mineral que modifica la superficie compacta y esponjosa de hueso y el colágeno, especialmente en configuraciones de cuevas donde los restos óseos están expuestos al agua dulce.
 
El sexo de la persona no se ha podido determinar, sin embargo la edad se puede inferir que se trata de un individuo muy joven (niño), ya que las líneas inferior y superior del temporal aún no están desarrolladas, y en el occipital las incisiones musculares son superficiales (González et al. 2014).
 
Estos restos pertenecen a algunos de los humanos más antiguos encontrados en las cuevas y en los cenotes de la Península de Yucatán, y corresponden a algunos de los primeros pobladores del continente americano de finales de la Era de Hielo.
 
En este cenote existen también evidencia de restos de mega fauna de la Era de Hielo ahora ya extinta, y que compartía el territorio con los humanos de la época, entre ellos, los perezosos gigantes que llegaban a medir hasta 3.00 m de altura y a pesar hasta 450 kg, como el encontrado dentro del sistema de cuevas Dos Ojos donde se ubica este cenote.
 
Se trata de un perezoso de Shasta juvenil, de la especie Nothrotheriops Shastensis que se localizó depositado boca arriba, sobre una repisa natural en el interior de la cueva, a unos 12 mts de profundidad. 

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